Franz Kafka |
Franz Kafka (1883-1924) era de nacimiento judío con formación alemana, tendencioso a la creación literaria de manera particular y única; ya que empleaba la literatura como un medio metafísico para cuestionar y develar lo fatídico de la vida y la existencia.
Sus textos siempre se
encuentran caracterizados por una tendencia a cuestionar, conjunta a la
síntesis de lo absurdo, la ironía y lucidez. Sus obras se convierten en todo un
viaje intelectual a la auto evaluación del mundo y la relación sujeto-realidad.
Perdiendo a sus hermanas en los campos de
concentración nazi, Kafka expone parte de su vida dentro de sus obras; es así
como en Carta al Padre (1919) expresa
su sentimiento de inferioridad y rechazo ante su padre. En Cartas a Felice representa su relación con la alemana Felice Bauer,
con quien se comprometió, mas no se
casó.
Siendo muy culto,
logró manejar no solo el alemán, sino
que aprendió checo, francés, latín, griego y hebreo. Una de las obras más
reconocidas, traducidas y publicadas es La
metamorfosis, un relato donde su
protagonista, Gregorio Samsa, amanece convertido en cucaracha, teniendo que
afrontar todas las consecuencias que ello implica para su vida rutinaria y
básica. La lectura de esta obra ha evocado gran cantidad de estudios,
porque frase a frase despierta el espíritu de su lector,
incomodándolo y sacándolo de su lugar de confort.
Esta, y cada una de
las obras de este hombre judío-alemán, han configurado un universo angustioso,
grotesco y claustrofóbico. Como emblema de la literatura universal, y figura
incidente no solo para los estudios literarios sino de otras áreas de las
ciencias humanas, sus obras se han traducido en todo el mundo y perdurado como
emblema irrefutable del existencialismo.
Teniendo en cuenta
la calidad de sus relatos, se creería que habría escrito muchas obras, y es
verdad; solo que el propio Kafka en vida destruyó, incinerando, el 90% de su producción
escrita; mientras le solicitó a su amigo Max Brod que destruyera el restante
tras su muerte. Hoy, hay que agradecer la desobediencia cometida por Brod, para
darnos el placer de leer unas de las mejores creaciones literarias de la
historia.
Otra de sus grandes
obras, fundamentales para la literatura moderna, es La condena. Relato cautivante y agobiante, consigue que a los ojos del
lector el mundo se transforme en un ambiente nebuloso y único. Lo más
interesante de esta obra es que siendo publicada en 1912, solo le tomó una
noche a Kafka escribirla, tras una tormenta
de inspiración creativa.
Kafka tenía una
personalidad igual de entrañable que sus obras, con una ferviente pasión por la
pornografía, la cual era favorecida por la ausencia de una esposa, disponiendo
de tiempo para dedicarse a la creación. Ha sido tan incidente su legado
universal, que en 1960 con la constitución de Checoslovaquia, todas sus obras
fueron prohibidas hasta 1989 con su disolución.
Considerado como uno
de los mejores representantes de la literatura universal, de sus obras se ha
derivado el término “kafkiano” como un recurso para referirse a toda situación,
lectura o acto problemático, decadente, angustioso y lleno de resignación,
bañado de desespero y aparentemente de perturbante injusticia.
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