El sentimiento de ser madre llega de una manera improvista, pero es bien recibido por ellas. El verdadero amor es algo que una madre no espera tener sino hasta cuando ya está embarazada. En este periodo, la educación de nuestros hijos es fundamental para su desarrollo intelectual y emocional. Aunque muchas personas piensen que es un mito hablarle al niño, ponerle canciones o demostrarle afecto, se ha demostrado científicamente que en esta etapa el bebé siente y oye todo lo que viene de afuera, por ende, si tú como madre quieres tener un hijo que desarrolle todas su cualidades de manera eficaz debes tener en cuenta esto que te estoy mencionando.
Los peores problemas en la educación de nuestro hijos es no saber prevenir sus malos comportamientos, por ello el diálogo es una herramienta importante en la prevención de conductas disruptivas. Esta comunicación debe establecerse desde el embarazo, cuando una madre le demuestra a su hijo el verdadero valor del amor y de la palabra. Este sentimiento es ajeno y contrario a permitirle al niño que satisfaga todos sus caprichos. La verdadera educación está en enseñarle a ser moderado. Pero ¿cómo se logra este objetivo?
Todos, en algunas ocasiones, somos impacientes y nos dejamos llevar por nuestros deseos. Pero, si desde el comienzo enseñamos a nuestros hijos a que escuchen nuestra voz, esta tendrá tanta autoridad sobre sus decisiones. Por ende, cuando nuestro hijo tenga un deseo impaciente por algún objeto o situación, nuestra palabra será una herramienta que guiará su deseo hacía un feliz término. Es decir, que él podrá entender que lo que quiere es bueno para él o es realmente malo para su desarrollo.
Sin embargo, si nuestra voz no tiene autoridad sobre él, su voz interna sí será será la que influya sobre sus decisiones, y esto es perjudicial porque ellos no tienen la experiencia de vida suficiente para tomar la mejor decisión. Para que esto último no suceda, siempre se recomienda que desde el primer día de embarazo, las madres hablen con sus bebés. les digan palabras de amor, consejos, establezcan una conversación con ellos. Piensen en que sus hijos, desde la barriga, les están hablando. Pero nunca les hablen como bebés. Utilicen un lenguaje adecuado, sencillo y bien vocalizado.
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