Educando a criminales

En la historia del ser humano es imposible negar el hecho de que los criminales se hacen con el recorrer de su viva. Asesinos en serie con un pasado trágico; ladrones enseñados por sus mismos familiares y niños educados para matar por bandas de narcotráfico son algunos de las causas principales. En internet figuran casos horripilantes en los que los niños se han visto envueltos como responsables de asesinatos y robos. Ser un ladrón es tan fácil para un adolescente porque sus acciones son más por diversión que por necesidad. Pero, ¿Los padres tienen la culpa? Tú que le dirías a un papá y a una mamá que tiene un hijo en la cárcel o qué dirías si tu hijo tiene un proceso legal con la justicia de tu país. Es una pregunta complicada pero si se reflexiona a fondo la respuesta es muy clara. 

En esta situación podemos pensar en dos tipos de padres y madres, aquellos que son permisivos en exceso con sus hijos y aquellos padres agresivos que mantienen un control absoluto sobre ellos. ¿Cuál de estos dos casos consideras más perjudicial para la educación de un adolescente? Desde mi punto de vista y experiencia, las dos situaciones son igualmente perjudiciales, porque en el primer caso el joven se acostumbra a obtener todo lo que quiere sin importale las consecuencias  y el daño hacia los demás; mientras que por el otro, se le está enseñando a que la única forma de expresarse es por medio de la agresividad, los gritos y la intolerancia. 

De acuerdo con las dos situaciones mencionadas, desde ya estamos nosotros educando a un criminal. La sociedad hará el resto. Una familia permisiva es aquella que tolera y no castiga actos de indisciplina de ninguno de sus integrantes. Los más pequeños, al no tener una represión sobre sus malos actos en el núcleo familiar, pensará que estos son bien vistos por la sociedad y continuará cometiéndolos en cualquier situación. Por su parte, una familia agresiva, intolerante y donde todo el tiempo se escuchan gritos educará al niño de forma tal que su comunicación será a través de los gritos. 

Desde los dos ángulos, se está educando para que los hijos sean criminales. Por consiguiente, recomiendo el siguiente artículo, recompensas en la educación de nuestros hijos, cómo uno de los posibles métodos para no llegar al extremo. 

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