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| La Hipersexualización infantil |
Para nadie es un secreto que las redes sociales ya hacen parte importante en la sociedad actual. Son herramientas de uso común que permiten que la conexión social sea más fácil y rápida entre distintas personas y culturas. Sin embargo, algunos alegan que el uso de las redes sociales crea modas que afectan el comportamiento humano y los valores positivos de la sociedad. Lo cierto es que cada persona puede hacer uso de una herramienta de forma positiva o negativa, según sus propios intereses.
En este sentido, las redes sociales
se han vuelto una forma de autorreconocimiento que permite a la persona
encontrar el valor social que no encuentra en su propia realidad y de acuerdo
con esto, la hipersexualización se ha convertido en una forma de buscar
el reconocimiento social por medio de los elogios de otras personas.
Hace unos años, en un concurso
infantil de canto, ganó una niña de menos de 10 años. Luego su popularidad
incrementó. Pero los años pasaron y ella no alcanzó la fama que tanto buscaba. Recientemente,
en sus redes sociales, con tan solo 15 años de edad, publica frecuentemente
fotos en vestido de baño y con poses muy sugestivas. Sus padres, al parecer,
aprueban estas publicaciones.
La hipersexualización infantil en
redes sociales busca evidentemente la aprobación del otro para reconocerse como
un personaje de alto valor social por su belleza.
¿Cómo afecta la hipersexualización en el desarrollo de los adolescentes?
Como en el caso mencionado, el
desarrollo de aquella niña ya se está viendo afectado, porque considera que el
éxito se consigue no por su forma de pensar o de actuar sino por su imagen. Al crecer
y llegar a su etapa adulta, esta persona considerará que la belleza determina
el éxito de su carrera, sin importar su talento o su trabajo.
Así mismo, la hipersexualización crea
una falsa madurez. El adolescente considera que ya tiene la edad suficiente
para valerse solo y actuar de forma responsable. Sin embargo, esto no es así. Sus
acciones van a estar enmarcadas dentro de un contexto en el que la belleza es
importante y no la responsabilidad. Este valor pierde sentido. Las acciones de
los adolescentes no seguirán un camino ético, sino por el contrario, seguirán ideales
alejados de la realidad, manteniendo la moda de la belleza; lo que a su vez
crea también un problema de salud física. Muchos adolescentes empiezan a tomar
conductas alimenticias desfavorables. Asumen un ideal del cuerpo físico y por
el cual dejan de alimentarse adecuadamente para alcanzar ese ideal y en ese
momento empiezan las enfermedades y los desordenes en la alimentación.
Otra consecuencia es el deseo
sexual a temprana edad, lo que por un lado genera consecuencias graves para la
sociedad, no desde el punto de vista del acto sexual en sí, sino de los
embarazos no deseados, de los abortos como una moda social y de las familias
monoparentales, con madres solteras.
Desde hace más de 15 años, las
cifras de embarazos en adolescentes ha llegado a superar los 135.000 en todo el
país. Esta cifra se ha mantenido casi estática durante los últimos años. Pero
el problema no es que las niñas queden embarazadas, sino que ni ellas ni sus
parejas son capaces de afrontar la maternidad de forma responsable, abandonando
a sus hijos o perdiendo oportunidades de crecimiento personal de ellos mismos.
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