Educación Infantil |
Soy tío de un hermoso niño de cuatro años y durante el
tiempo que he estado con él, puedo decir que ciertos factores propiciados por
la familia ayudan al niño a desarrollar habilidades físicas e intelectuales que
a futuro le ayudarán a desempeñar tareas más complejas y resolver problemas
diarios.
Educación física en la primera etapa de vida
Recuerdo que en cierta ocasión, mi sobrino estaba sentado en
el sofá y no quiso levantarse a tomar una pelota que se le cayó. En ese momento
me di cuenta que tenía pereza, no porque estuviera cansado, sino porque no
quiso hacerlo. En ese momento, lo invité a jugar al parque. Los niños son por
lo general muy juguetones y tienen muchas energías. Y esto no debe
desaprovecharse. El juego en los parques y con pelotas fortalecen los músculos.
Sin embargo, debe convertirse en una rutina y para esto es necesario incluir a
los niños en los grupos deportivos o en las selecciones infantiles de algún
deporte. En mi barrio abundan los grupos deportivos juveniles dirigidos por
licenciados que han decidido emprender de formar autónoma y esto ha favorecido
que los jóvenes se distraigan en actividades productivas.
El deporte no solo ayuda en el desarrollo físico sino
también favorece habilidades intelectuales. Por ejemplo, el Taekwondo es un
deporte en el que se desarrolla la habilidad de la visión y de la observación,
pues la mente en un entrenamiento debe concentrarse en puntos fijos donde
golpear y esto permite en un ámbito escolar que el estudiante se concentre
cuando lee un libro. En otros deportes, las habilidades que se desarrollan varían,
pero todos ayudan al desarrollo intelectual del niño.
Habilidades auditivas
Escuchar es totalmente contrario a oír. Escuchar es entender
y comprender lo que sucede en el exterior. Se puede oír una conversación y no
entender el tema del que se habla, en cambio si se escucha se comprende y se
entiende. Por tal motivo, un niño puede oír o puede escuchar. Cuando se le da
una orden o se le pide un favor, él puede no entender lo que se le pide y por
ende no lo hace, pero cuando él escucha, obedece la orden. Para mejorar esta
habilidad es necesario que escucha historias.
Leer en voz alta cuentos para niños hace que en la mente de
un infante se cree un universo y que la imaginación se desborde, ayudando a que
logre escuchar la voz que lee los cuentos. Con el tiempo, esta habilidad pasará
a serle útil en la escuela, cuando el profesor hable sobre un tema académico.
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