Gestión de la clase |
La gestión de la clase se entiende como aquella forma de organizar y manejar los tiempos y mantener en orden a los estudiantes. Podría decirse que también es la capacidad que tiene el docente de organizar, administrar y ejercer poder sobre las actuaciones de sus estudiantes y de todo aquello que exista dentro de un salón de clases.
La gestión es también la
capacidad innata de los líderes y es a partir de este criterio que el docente
debe entender que él debe mostrarse como líder. Si bien es cierto que algunos
docentes no tienen esta capacidad, debido a su timidez u otro factor, también
es cierto que ante un público como son los estudiantes, debe demostrar una
actitud serena y propositiva. Es decir, tener la capacidad de dar órdenes
claras y directas.
La voz y la actitud frente a estudiantes
He visto que algunos colegas no
tienen una voz fuerte y esto es un factor determinante para que el estudiante
vea en su docente una figura de autoridad. Sin embargo, la solución en un
colegio de Bucaramanga, que quedaba en un sector de alto ruido fue adquirir
micrófonos con altavoz, que se ajustaban a los oídos. La idea fue estupenda,
debido a que el docente pudo ser escuchado y mostrar una mejor actitud cuando
hablaba en vez de estar gritando.
Pero la voz no mejora el comportamiento
del estudiante. Parte del problema, se debe a la mala disposición con la que el
docente inicia su clase. Evita la cordialidad y la formalidad del saludo y la
apertura del tema con estrategias acordes a la edad del estudiante. Es por esta
razón que la actitud al entrar al aula de la clase define el éxito de la enseñanza.
El docente debe mantener su
posición erguida, no ceder espacios ante estudiantes con mal comportamiento y
dar órdenes claras, precisas y concisas; evitar el rodeo y la suplica para
pedir algo.
Organizar adecuadamente los símbolos de la clase
El reloj es un símbolo de poder,
que indica el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. En algunas situaciones
de clase, cuando llega la hora de descanso, los estudiantes salen de las aulas
sin esperar la orden del profesor. Este símbolo beneficia al estudiante y no al
docente. Situación grave. El docente es el único que debe tener poder sobre este
símbolo. Él debe adecuar el tiempo de trabajo para tener control sobre el
tiempo de descanso. Aunque suene un poco autoritario, todos nos ajustamos de
cierta forma a estos tiempos, independientemente de si estamos en una aula de
clases o en una oficina.
Los libros, manuales o guías de
estudio son otro símbolo de poder, que se ajusta más a los intereses del
docente que del propio estudiante, debido a que él busca alejarse de estos,
mientras que el docente busca acercarlos. Entonces, si no hay una adecuada
dinámica de enseñanza, el poder de los libros no va a tener influencia sobre
los estudiantes. En este sentido, este símbolo debe utilizarse con precaución. No
ser un símbolo de castigo y represión. Es decir, no se utiliza para castigar al
estudiante a hacer lecturas que no desea, talleres por mal comportamiento o ponerlo
a reescribir los libros en sus cuadernos. Esto es indebido y carece de toda didáctica
de la enseñanza. Utilizar este símbolo de forma adecuada hace que el estudiante
sienta deseos por la lectura. Una estrategia inicial es asociar los tiempo de lectura con libros que el estudiante escoja.
El uniforme
La educación en Colombia y los
países latinoamericanos han tenido desde sus inicios la costumbre de poner
uniformes a los estudiantes. Es positivo por un lado porque le permite el
reconocimiento de un sentido social y cultural, asociado a la pertenencia a
unos valores. En el lado negativo, supuestamente, impide el libre desarrollo de
la personalidad. Sobre esto no hay datos.
Sin embargo, permitir que el
estudiante use su uniforme sin el cuidado y el decoro necesario hace que se
salga de la norma y del control del docente. El uniforme es un distintivo que
maneja símbolos sobre un espacio y unos valores. Muchos estudiantes estarán en
contra de esto, debido a su desconocimiento de su significado. Por ello, no se
debe coartar su personalidad, pero sí es necesario indicarle el por qué de
estos símbolos y lo que representan.
En una sociedad siempre habrá
normas y pautas de comportamiento. Salirse de ellas no es peligroso. Lo
peligroso está cuando se busca denigrar al otro mediante una represión fuerte. Es
decir, un colegio tiene normas; no es conveniente utilizar la represión para hacer
entrar de nuevo al estudiante que las quebranta, ni mucho menos es permitido
que el estudiante intente agredir al colegio por indicarle la conveniencia de
seguir normas.
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