Invertir en Educación |
En un mundo globalizado, en donde la información está al alcance de cualquier persona, la educación debe cambiar sus paradigmas pedagógicos, para proyectarse como una estrategia social. En este sentido, la educación ya no es una forma de transmitir información a una persona, sino, todo lo contrario, hacer que esa persona con la información que tenga a su alrededor modifique su proyecto de vida, con el fin de alcanzar dignidad, justicia social y equidad.
Entonces, la educación en el
siglo XXI debe entenderse como un modelo que permita al ciudadano progresar,
crecer socialmente y vivir dignamente.
Por qué invertir en Educación
Anteriormente, la educación solo
era exclusivamente para familias adineradas. Y si retrocedemos unos cuantos
siglos, la educación solo era para los hijos de faraones y reyes. Sin embargo,
después del siglo XV y XVI, más o menos, pasó a ser pública (en un sentido
restringido). La Iglesia Católica, en Occidente, se encargó de educar a las
clases sociales menos favorecidas.
Durante décadas, la educación no
ha sido vista como una inversión social, sino como una propuesta para tener
mejores profesionales. Aunque esto último es muy válido, la educación como una
inversión permite disminuir el gasto público de seguridad, al impedir que los
jóvenes caigan en la delincuencia.
- Sigue leyendo: La investigación en la educación infantil
El Nobel de economía James
Heckman ha postulado mediante una investigación realizada con dos grupos de
estudiantes de menos de cinco años de edad que cuando se invierte en educación
de calidad a temprana edad, el porcentaje de que un niño caiga en la
delincuencia es menor que cuando un niño no recibe una buena educación.
Esto se traduce en que si los
gobiernos invierten en mejorar los procesos educativos, los niños no caerán en
la delincuencia. Los barrios marginados son aquellos que tienen escuelas con
deficiencias en su estructura física, escasez de docentes y carencia de
materiales pedagógicos. Y esto es muy común en todas las ciudades. En ese sentido,
la educación no cumple con su papel social de mejorar la vida de las personas.
Pero, si hablamos en el sentido
económico, la inversión en educación permite un retorno de esa inversión en un
largo plazo. Es decir, que al disminuir los índices de criminalidad, los
gobiernos dejan de invertir en seguridad para destinar esos recursos en otras
áreas.
De igual forma, esta inversión
sirve para mejorar la calidad de los profesionales y de sus proyectos de vida. Un
profesional puede ser un mal empleado, que impida el crecimiento de una
empresa, o ser un visionario que cree, formule y direccione proyectos de
emprendimiento que traigan rentabilidad a una población.
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