Principios básicos de la educación |
En el momento actual que atraviesa el país, no es posible seguir pensando en mantener un régimen educativo tradicional, con el mismo principio con el que se creó, basado en la educación para el trabajo. Debemos pensar en la educación del futuro, bajo el principio universal de igualdad, es decir, de educación para todos con calidad.
¿Por qué y para qué se creó la educación pública?
En la historia de la Educación,
existen varios momentos donde se pensó en una educación para todos, financiada
por el Estado o por los gobiernos. Inicialmente, la educación se dio solamente
para un tipo de clase social específica, es decir, para hijos de los soberanos.
En la alta Edad Media y ya entrando en el Renacimiento, algunos sacerdotes de
la Iglesia Católica impulsaron una educación religiosa para todos los niños de
las clases bajas y más pobres de Europa. Se podría decir que se impulsó la
educación pública. Sin embargo, no sería hasta el siglo XVIII y comienzos del
XIX, que en Prusia, se habló de educación pública para todos, especialmente
para la clase baja, que comprendía campesinos y soldados.
En Prusia, aunque se
pensaría que su intensión era altruista,
la verdad era que se debía a otras razones. Se buscaba que los niños fueran a
la escuela a recibir una educación para el trabajo y la obediencia. Por lo tanto,
se enseñaba disciplina. De ahí el concepto que se entiende sobre educar mano de
obra para las empresas.
Una educación para pensar y no para obedecer
En el siglo XX se empieza a
profundizar en la educación tecnológica y educación técnica, que busca crear
mano de obra para las empresas. Aunque en algunos sectores, el salario es alto,
en otros simplemente está basado en el Salario Mínimo, lo que no es una buena
inversión para la persona en cuanto a la relación costo-beneficio. Por lo
tanto, se mantiene en la actualidad el pensamiento prusiano de la educación
para el pueblo.
La idea de fortalecer la economía
nacional mediante la educación técnica y tecnológica no es que sea mala o no
tenga validez. Sin embargo, invertir en un educación para crear trabajadores
obedientes solo beneficiaría a una clase social y no a toda la sociedad.
Primer Principio: Educación para el emprendimiento
El principio de la educación del
siglo XXI es la calidad basada en el emprendimiento. No podemos nosotros educar
a las próximas generaciones, con modelos basados en siglos anteriores. Se debe
pensar en una educación que proyecte a la sociedad hacia el futuro y hacia los
retos que vendrían con los cambios en la sociedad. Es por esta razón que el
principio de la educación del siglo XXI es la calidad basada en el
emprendimiento. Educar no para crear obreros, sino emprendedores capaces de
crear, innovar y proponer soluciones a su entorno de vida.
La educación es un medio que le
permite a una persona mejorar su estilo de vida. Es la mejor arma que se tiene
para combatir la pobreza y la desigualdad.
Segundo Principio: Igualdad y equidad
La educación es un derecho
promulgado por diferentes leyes nacionales e internacionales. Por lo tanto,
debe ser igual para todos, manteniendo la calidad en todos sus momentos. Es deber
del Estado, como lo establece la misma Constitución, generar políticas públicas
que permitan la inversión para crear entornos educativos de calidad. No se
puede permitir que las brechas sociales sigan creciendo, por falta de iniciativa
del Gobierno.
Tercer Principio: Educación apoyada en la tecnología
En la actualidad, un niño de tan
solo cinco años ya sabe encender y apagar un computador personal, e incluso, ya
maneja ciertos programas informáticos, entonces, no tiene relevancia enseñar en
sexto grado cómo encender y apagar un computador. La enseñanza debe proyectarse
hacia el futuro de acuerdo con las habilidades innatas que ya tiene un
estudiante. Por lo tanto, el contenido académico debe replantearse, teniendo en
cuenta el entorno social y cultural que tiene el estudiante y su familia.
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