Literatura para bachillerato |
Las generaciones cambian y los gustos también, como docente
y asesor de literatura en colegios y universidades me han hecho mil veces la
misma pregunta ¿Cuál es la literatura para bachillerato? O ¿cuáles son los
mejores libros para los jóvenes de bachillerato? En este sentido y para dar una
posible explicación y respuesta a estas preguntas, quiero hablar sobre gustos e
interés en los jóvenes y cómo se puede combinar la literatura contemporánea con
la literatura clásica en los colegios.
Literatura para bachillerato
Beneficio económico
Primero hay que tener en cuenta lo siguiente sobre la
edición y publicación de libros y novelas. Ahora y siempre los libros han estado
bajo el interés de las editoriales y de los dueños de las imprentas que buscan,
por obvias razones, un beneficio económico. Aunque Miguel de Cervantes Saavedra
murió sin recibir un beneficio económico por la publicación de su gran obra, no
se puede pensar en que la imprenta Juan de la Cuesta, en Madrid, en 1605, no
buscaba beneficiarse de alguna forma de la publicación del Quijote. Y así
podemos suponer también con Cien Años de Soledad o cualquier otra obra universal.
Han sido publicadas con interés económico y no como una mera intensión
filantrópica de ayudar al autor. Sin embargo, es cierto también que
actualmente, este interés económico de las editoriales ha hecho que haya una
exagerada proliferación de obras sin un desarrollo literario de valor. Lo anterior
nos ayuda a saber diferenciar la literatura que es acorde para un buen lector y
la que no lo es.
Interés juvenil en la literatura
Los tiempos cambian y los interés y gustos también. Hace dos
siglos, en lo que era Rusia en ese momento se leía con agrado entre los jóvenes
a Fiódor Dostoyevski, ahora solo es leído por profesores y profesionales
interesados en la historia literaria. Así sucede con las novelas románticas del
siglo XIX o la literatura renacentista. Pero, una de las posibles razones por
las que estas grandes obras van quedando en los anaqueles de los profesores es
que las mismas editoriales van modificando mentalidades para buscar beneficios
financieros, haciendo exitosa una obra que no necesariamente es adecuada para
los lectores juveniles. Es decir, imponen, mediante una exagerada publicidad,
una obra para que haya más compradores. Esto ha sucedido y seguirá sucediendo. Hace
tan solo unos años atrás, hubo una proliferación de novelas sobre vampiros,
luego se pasó a novelas fantásticas de reinos y reyes con poderes y estamos en Colombia
con las obras del narcotráfico; eso sin contar la literatura de superación
personal. A partir de estos gustos, se refuerza esta mentalidad para darle
cabida a novelas de este mismo estilo. El autor, en estos casos, se acomoda por
interés a estos gustos y se vuelve no un artista, sino en un promotor.
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Lo anterior, querido docente, es necesario no olvidarlo,
para no caer en las trampas de las editoriales y saber escoger muy bien el tipo
de literatura conveniente para los jóvenes. Pero, no todo es malo. Y ahora
vamos a entender por qué.
Literatura clásica o literatura contemporánea
Ahora, hay algo muy cierto, el gusto de un joven de 15 años
no es el mismo de una persona de 30 años, en cuanto a lo literario. Alguien de
30 años leerá con más agrado a Gabriel García Márquez que a Robert Louis
Stevenson. Un joven necesita emociones más fuertes debido a que desea
experimentar algo nuevo, mientras que alguien mayor busca algo más sereno. Los jóvenes
tienden a preferir literatura en donde haya misterio, aventuras, fantasía y
exageración de la realidad; mientras que alguien mayor, critica esa exageración
y busca algo más real y cercano a su realidad.
En este sentido, la literatura de Edgar Allan Poe, Anton
Chejov, Robert Luis Anderson es adecuada para ellos. Son autores que manejan
estos parámetros en sus escritos, debido a que sus historias suponen un
quebranto de la representación de la realidad tal cual como la conocemos para
mostrarnos un universo literario donde la fantasía y lo irreal se combina con
las historias y vivencias de personajes que representan la realidad.
Sin embargo, esto no es una camisa de fuerza. No es
necesario ahora que el mismo docente vaya y busque en las librerías las obras
de estos autores. Sino, todo lo contrario, que a partir los parámetros de estos
autores, según lo que hemos mencionado, se indague por otros más. Y es acá donde
la literatura contemporánea es necesaria. El estudiante no va a leer una obra
literaria porque el autor sea Gabriel García Márquez o Vargas Llosa, solo
porque sean ganadores de premios Novel, sino porque su historia les agrada y
les generan sensaciones. Pueden leer incluso una novela de ficción de un autor recién
publicado, sin fama, no porque sea nuevo, sino porque esa historia cumple con
los parámetros mencionados de fantasía, irrealidad o exageración de la
realidad. Por lo tanto, a partir de la literatura clásica se promueve la literatura
actual.
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