Enseñar a leer y enseñar a comprender

Enseñar a leer

Enseñar a leer no debe ser una actividad meramente de los docentes ni de la escuela, sino una actividad familiar obligatoria para los padres. En sus primeros años, una persona define gran parte de su personalidad, de sus gustos, de su pensamiento y de su forma de actuar, es por esto, que si no se le enseña de forma adecuada a reconocer símbolos y significados de su lengua natal es probable que no pueda reconocer metáforas en un libro; situación que le impediría a futuro ser un gran lector.

Métodos de enseñanza de la lectura

Actualmente, si un padre o un docente va a una librería a buscar métodos de enseñanza de lectura va a encontrar un sinfín. Todo ellos muy buenos y con una buena sustentación teórica y experimental; sin embargo, básicamente, todos los métodos se resumen en la asociación de símbolos con significados, por lo tanto, enseñar a leer requiere que el niño reconozca un símbolo con un significado.

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En la escuela se empieza primero con métodos de reconocimiento de símbolos; es frecuente que el docente ponga como actividades el dibujo de letras, identificación de palabras, símbolos y sonidos. Luego, pone de actividades el reconocimiento de la palabra con el significado dibujado sobre un papel; por ejemplo, la palabra escrita sol, asociada al dibujo del sol. Esta es la forma común y utilizada siempre. Sin embargo, estas deben ir acompañadas de otras actividades, como por ejemplo, el reconocimiento de los campos semánticos de la palabra. Es decir, mientras el estudiante colorea la palabra sol y luego la identifica con el dibujo del sol debe seguir con su significado: calor, estrella, grande, amarillo, vida, etc.

Errores iniciales  a tener en cuenta al enseñar a leer

Leer no es solo el mero reconocimiento de un símbolo; porque este representa un significado en el mundo real. Es decir, un símbolo es creado a partir de una representación de la realidad, la cual está acompañada de un sonido. Entonces al enseñar a leer se enseña también su significado; y sería un error apartar lo uno de lo otro.

Así mismo, es un error enorme pensar que la lectura es solo a partir del reconcomiendo de una estructura sintáctica y que la persona en su crecimiento solo reconoce la grafía de su idioma. La lectura también es la forma de reconocer un símbolo diferente a la grafía de una lengua. Comprender el significado de una pintura, de un dibujo, de un entorno es también una forma de lectura. Por lo tanto, leer es comprender el entorno en todas sus dimensiones. Por ejemplo, comprender el significado del color rojo en un semáforo, el color rojo en un corazón, una señal vial, etc.

Escritura y lectura

En casi todos los métodos de enseñanza, se asocia la lectura con la escritura. Existe actualmente en el mundo académico la dualidad entre enseñar a leer y enseñar a escribir como un conjunto y como una separación de los métodos. Algunos proponen que la escritura y la lectura no se deben separar de su enseñanza y otros proponen hacerlo en distintas fases y en distintos momentos. Pero vamos a analizar este caso desde la experiencia docente.

He visto a muchos profesores enseñando a leer apoyados en la actividad de colorear. Ponen al estudiante a colorear la palabra; luego en otra hora o en otro día, los ponen a delinear la palabra y seguir la línea. Sin llevar la crítica al extremo, se enseña solo a dibujar. Escribir es poner sobre un papel o sobre una superficie unos símbolos que tienen un significado. Leer es reconocer esos significados.

Algunos métodos vistos por docentes con mayor experiencia se hacen a partir de fichas que tienen objetos y palabras. El estudiante asocia el dibujo con la palabra. Luego, la representa sobre un papel, tanto el objeto, la palabra y un posible significado. Es decir, en una ficha está dibujado la palabra sol; en otra está escrita la palabra sol y en una tercera hay una persona con sudor, bajo el sol de mediodía. El estudiante simplemente reconoce estas tres fichas y luego escribe sol en su cuaderno. Si es de mayor edad, escribe una oración que represente a la persona con sudor.