Biografía Lord Byron |
Poeta londinense, George Gordon
Byron (1788-1824) es considerado como un ícono del Romanticismo, gracias a su
versatilidad y majestuoso manejo del lenguaje. Sus obras lograron transgredir
la esfera literaria para incidir en el marco social, político e ideológico de
Inglaterra. Su obra Don Juan es
comparable en calidad e importancia con El
paraíso perdido de John Milton.
En cuanto a su personalidad, Lord
Byron siempre se caracterizó por generar controversia gracias a su carácter
original, carismático y tendencioso a exaltar la belleza incluso en su persona.
Enamorado de la vida, la naturaleza y los animales, nunca escatimó un momento
para compartir en la compañía de algún ser exótico. A raíz de su pasión tuvo
mascotas únicas: oso, zorro, gallina, águila, gato, garza, entre otros.
Entre sus anécdotas animalistas, se
presentó a estudiar al Trinity College con su perro Boatswain, pero la
normatividad del instituto prohibía el ingreso de caninos. Al recibir tal
noticia se retiró y regresó con un oso como mascota, las autoridades del
Collage le solicitaron no ingresar al animal, pero ante la demanda de Byron de
conocer la normatividad que prohibiera residir con un oso, solicitud a la que
no había respuesta contraria, pues el reglamento no lo decía, debieron autorizar
su residencia con el oso. No solo en sus acciones, sino en sus obras se encuentra
plasmado el amor que el poeta sentía por los animales: "Cuanto más
conozco a los hombres, más quiero a mi perro". A la muerte de su perro dedicó en la lápida un hermoso verso:
"Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo todas las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos."
Sus textos son un espejo de su consideración por los débiles y
marginados, a quienes ayudaba y defendía, mientras encontraba en la nobleza el
principal problema social por su hipocresía, manipulación y engaño.
Consecuentemente, la publicación de sus obras llevo a despertar varias quejas
de los sectores altos de la sociedad, sin atemorizarse por ello, encontraba una
motivación adicional para crear más escritos y provocar a sus lectores.
Lamentablemente, esta actitud llevó a que nacieran infinidad de rumores y
mentiras entorno a su persona, atormentándolo al punto de perder su intimidad y
decidir abandonar su residencia e iniciar una época nómada, viajando por el
país mientras se hospedaba con varios de sus buenos amigos (Mary Shelley, autora
de Frankenstein, fue una de ellas).
Ser representante del Romanticismo tiene una curiosa relación con su
alma enamoradiza y lujuriosa. Desde muy joven comenzó a enamorarse
profundamente de distintas mujeres, para terminar desgraciadamente casado con
una dama que no era de su interés. Así lo expresa Byron:
"Me desperté a altas horas de la noche, vi un brasero encendido y creí que estaba en el infierno. Después cuando me di cuenta de la situación real comprendí que la situación real era mucho peor: estaba casado y con mi mujer a mi lado."
Por otro lado, a sus nueve años ya había entablado relaciones sexuales
con su institutriz May Gray, mujer que le enseñó en la fe, mientras fomentó el
gusto por la bebida y las orgías en el joven. Tuvo encuentros muy apasionados con
otras importantes mujeres, pero quien mayor revuelo creó fue la relación
incestuosa con su hermanastra Augusta y su posterior hija Medora; sin contar las
acusaciones de sodomía que en su nombre se habían levantado. Lord Byron vivió
su vida entre los placeres, la sensibilidad y el conocimiento, sin permitir que
nada le detuviera a alcanzar sus propósitos.
Sufriendo de una limitación física en su pie derecho (sus dedos se
encontraban metidos hacia la parte interna del pie) que le causaba cojera,
aprendió a disimularla y caminar, con tal estilo, que no todos se percataban de
su condición. Consecuentemente no debía ser capaz de practicar deportes que
requirieran de velocidad y mucho equilibrio, mas sin coartarse de esto, en el
College logró ser reconocido como uno de los mejores boxeadores y esgrimistas
de allí.
Ese mismo carácter retador le llevaba a utilizar el humor y cortesía
para transmitir sus mayores inconformidades y desprecios por algunas personas.
Tal fue el caso con su editor Murray, a quien le regaló una Biblia en
encuadernación de lujo. Orgulloso compartía este regalo a todos sus compañeros o
visitantes sobre la adquisición de tal obra, hasta que se percató de que en el capítulo
8 del evangelio de San Juan, el versículo había sido cambiado de “Ahora
Barrabás es un ladrón” por “Ahora Barrabas es un Editor”.
En 1824, la vitalidad de aquel gran poeta y particular sujeto se vio
terminada bajo una extraña enfermedad que le absorbió la vida. En Grecia,
buscando la independencia de este país, presentó un ataque epiléptico que lo
llevo a la cama, y posteriormente fue víctima de un mal, que sin debido
tratamiento lo mató. Byron pudo tomar la decisión de beber las sangrías
recetadas por los médicos, pero en su integra convicción de proteger la vida se
negó, solo hasta cuando no soportó su condición accedió al dictamen. En el
tratamiento no calló su inconformismo y reclamó a quienes le practicaban el
proceso por ser “asesinos”. Desafortunadamente, fue demasiado tarde, al día
siguiente falleció, a lo que su buen amigo Goethe le dedicó las más cálidas
palabras de su corazón:
“Descansa en paz, amigo mío;
tu corazón y tu vida han sido grandes y hermosos”
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