Giovanni Boccaccio (1313-1375)


Giovanni Boccaccio (1313-1375)
Fue un humanista italiano, que en conjunto con Dante y Petrarca sembró las bases de la literatura italiana. Giovanni Boccaccio abrió las puertas al Renancentismo en Italia tras alejar la participación teológica y religiosa de sus escritos; si bien no negaba o favorecía la existencia divina, sí hacía que sus personajes asumieran una actitud independiente y consecuente a sus acciones como hombres imperfectos.

Con pocos datos de la procedencia materna, más allá de saber que su madre  era francesa, Gioavanni fue criado como el hijo ilegítimo del mercader Boccaccio, quien cuidó de él y lo sembró en sus primeros caminos humanísticos al enviarlo a estudiar Derecho Económico en vez de negocios.

Giovanni inició su producción literaria en 1334,  tres años después de haber conocido a su amada, una dama napolitana bautizada por él como Fiammetta (llamita). Esta mujer fue una de las mayores fortunas de Boccaccio-aparte de haber conocido a Petrarca- ya que le abrió las puertas en la corte de Roberto de Anjou, rey de Nápoles, y lo impulsó en su carrera de producción literaria. En compañía de su dama, escribió sus poemas y novelas juveniles, entre los que se incluyen: Filicolo, Filostrato, la Teseida, el Ameto, la Amorosa visión, y la Elegia de Madonna Fiammetta. Aunque todo parecía marchar sobre ruedas, Fiammetta –se cree que era María de Aquino una hija ilegítima del rey- decidió dar fin a su relación y todas las ventajas que esta había traído.
Dentro de su producción literaria, la obra que le ha abierto las puertas como representante de la literatura universal a Giovanni Boccaccio fue su colección de cien relatos reunidos en su obra Decameron. Esta se desarrolla bajo la participación de un grupo de amigos víctimas  de un brote de peste. Buscando huir de está, se refugian en Florencia, escondidos en una villa a las afueras, deciden evitar el aburrimiento con una serie de relatorías (cuentos) que les permiten pasar el tiempo durante sus diez días de aislamiento. Precisamente de aquí la procedencia del título de la obra y el reconocimiento como pionera en la creación literaria Renancentista. A lo largo de su lectura se puede percatar el interés por lo humano sobre lo divino, excluyendo la mención de cualquier aspecto teológico.

Boccaccio también escribía en latín y decidió realizar un comentario de la Divina Comedia, conjunto a una versión de la vida de Dante. Ya para sus últimos años de vida, se centró un poco más a la meditación religiosa y el cuidado de su salud. En este periodo, el ayuntamiento de Florencia le solicitó realizar una lectura púbica de la Divina Comedia, solicitud que fue aceptada más no cumplida en su totalidad. Su delicado estado de salud le impidió continuar con el proyecto, mientras la muerte lo alcanzó en 1375 en manos de la enfermedad.

Giovanni Boccaccio nos abre las puertas en sus textos a las vivencias más particularidades del hombre dentro de una percepción del mundo netamente humana. Es una lectura aventurera y envolvente.
LETRAS SIN DIOS Y PUERTAS ABIERTAS A LA RAZÓN

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