Nikolái Gógol |
Nicolái Gogol (1809-1852) es reconocido en el mundo literario ruso por su obra emblema Almas muertas (1842), su nombre completo era Nikolái Vasílievich Gógol. Se desempeñó como funcionario público y escritor desde muy joven, permitiéndose estar en contacto con varios círculos literarios de la época.
Gogol provenía de una familia humilde rural, por lo que no accedió a
cargos muy elevados en un sistema social tan duramente estratificado. Su madre
profundamente religiosa lo formó bajo un pensamiento ortodoxo muy marcado.
Ideología que tendría catastróficas consecuencias en sus últimos años de vida.
Al momento de escribir, buscó seguir la tradición literaria de E.T.A.
Hoffmann al hacer un constante uso de lo fantástico. Este recurso le favorecía
para que sus textos tuvieran cierta comicidad y lograran pasar el filtro censor
de la sociedad de su época. Entre debates de las tendencias políticas procciddental
y eslavófila, Gogol encuentra inspiración para sus obras, satirizando los
aspectos más negativos de estos funcionarios burócratas y su sociedad rusa.
Su primera obra fue Velada en el
Caserio de Dikanka (1831) Seguida de varios relatos cortos como lo
fue La a venida Neviskim Diario de un
loco, El capote y La nariz. En su cuento El capote, Gogol presenta
la historia de un funcionario y su esfuerzo por conseguir un capote nuevo para
el invierno, proceso que requiere que él salga de su estado de monotonía y
realice una inversión que no cuenta en su presupuesto. Aquella historia narra
el proceso filosófico de este funcionario público de manera bastante personal y
realista. Esta obra contrasta con su cuento
La nariz, en el que el humor y la sátira envuelven cada página. Relata como
un burócrata pierde su nariz y las implicaciones que traería para él ser visto
socialmente sin ella; mientras su nariz empieza a asumir cargos independientes
a su función en el rostro.
Decidido a seguir transmitiendo
por medio de las letras sus inconformidades sociales, bajo la cobertura de la
fantasía y el humor, desarrolló su comedia El
Inspector, una obra que en 1836 popularizó su reconocimiento como escritor
y cuentista. Lamentablemente el tono satírico de esta causó cierta controversia
e inconformidad con sus coetáneos por lo que debió emigrar a Italia y Alemania.
Fue durante este exilio que escribió su éxito Almas muertas y su novela histórica Tarás Bulba.
En 1848 decidió realizar un viaje
de peregrinación a Jerusalén impulsado por sus creencias ortodoxas inculcadas
por su madre. Una vez de regreso decidió alejarse de la literatura,
considerando sus obras como una fuente de pecado y condenación. Apoyado por el
sacerdote ortodoxo Padre Konstantínovskii destruyó varios manuscritos
inéditos, incluyendo la segunda parte de Almas
muertas, renombrada como Almas
blancas, en la que quería describir de forma más benévola las acciones de
sus protagonistas.
El poeta argentino Luis Tedesco
al respecto nos relata "Gógol un
hombre perfectamente instalado en la corte zarista había escrito Almas Muertas como un feroz
fresco sobre sus contemporáneos pudientes. Cuando se le reprocha ese ataque,
imprevisible en alguien de su posición, Gogol comienza a escribir una segunda
parte de su novela a la que titularía Almas Blancas con el propósito consciente
de revertir su visión anterior. Cuenta entonces (Ggol), que mientras estaba
describiendo en trazos benévolos la conducta de sus personajes, la pluma se le
desviaba hacia el grotesco, hacia la denuncia, hacia la disección de una
sociedad viciada de corrupción. Así, las Almas Blancas nunca se publicó ya que Gogol quemó lo mucho
o poco que llevaba escrito en la chimenea de su confortable cuarto de
trabajo".
Poco tiempo después, al momento
de su muerte Gogol se encontraba mentalmente enfermo y decaído en su salud
física. Con un terrible pánico a ser enterrado vivo, solicitó que al momento de
fallecer dejaran su cuerpo sin enterrar hasta que presentara signos de
descomposición. Respetada su voluntad,
solo hasta cerciorarse de su inicio de putrefacción le dieron sepultura.
Tras fallecer en la casa donde
vivió los últimos cuatro años de su vida, esta edificación se convirtió en un
museo que contiene todas sus pertenencias, llamado Nikitski Boulevard en Moscú.
Allí se pueden encontrar su escritorio sin silla, donde Gogol disfrutaba de
crear estando en pies y no sentado. También se pueden apreciar imágenes de
ortodoxos con quien había tenido contacto y la imagen del poeta Pushkin
coronando su pared. Curiosamente en este museo se puede encontrar la mayoría de
sus objetos personales y muebles, incluyendo su máscara mortuoria.
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