Dino Buzzati |
Con un ferviente interés por el mundo artístico, Dino Buzzati (1906-1972) desde su infancia comenzó a formarse como violinista, pianista y lector. A una edad aún joven publicó su primera novela, Barnabó delle montagne (1933,) e inició su reconocimiento como escritor y poeta.
Pese al éxito adquirido, siempre tuvo claro que su
mundo era el periodismo, un canal para estar en contacto con la realidad más
profunda a favor de conocerla, encarnarla y encontrar en lo grotesco de la vida
el inexplicable absurdo de la existencia humana.
Sus relatos se caracterizan por la promulgación de
una angustia por vivir, de frialdad y decadencia, envueltos entre particularidades
ficcionales, donde lo mágico, fabuloso, alegórico y mítico toman cabida. Leerlo
es tener la capacidad de asociar hechos reales y crudos con una atmósfera
envolvente de cercana ficción. Cada uno de sus cuentos, poemas o novelas
trascienden a la conciencia, evocando un profundo interés por la duda, la
compresión y acción.
Es inevitable encontrar en las huellas de su vida y
obras, el marco metafísico- existencial implantado por el escritor universal Kafka, con quien el cuestionamiento por
la propia existencia y acción tomó prioridad en el mundo literario. Un legado que ha delimitado los textos de
Buzzati, y el cual concuerda con su tendencia surrealista italiana; gracias al
cual, ha logrado convertirse en uno de los pocos representantes italianos y
universales de la literatura existencial.
Vale exponer, que pese a ser considerado buen
escritor, para él su vida y pasión eran el periodismo, encontrando en la
literatura solo otro medio para expresar su verdad del mundo. Universalmente ha
obtenido gran reconocimiento por su obra EL
desierto de los Tártaros(1940), historia que relata la espera continua de
unos jóvenes oficiales por la invasión de los Tártaros, inmersos en soledad,
desespero, ansia y la incapacidad de escape de su inevitable destino. Es una lectura
envolvente y cautivante para los lectores jóvenes y mayores; quizá este sea el
motivo por el que ha sido traducido a varias lenguas en poco tiempo tras su
publicación inicial.
Su formación artística, también se halla
representada en su obra, por cuanto el apasionado gusto e interés por la
pintura se tradujo en relatos que mezclan la representación visual con las
letras. Es de aquí que nacen: Poema a
fumetti (1969) y I miracoli di Val
Morel (1971). Otras de sus obras, con un reconocimiento menor, son Sessanta reccoti (1958) Siete mensajeros
(1942).
Dino Buzzati ha logrado ser y hacer de la
literatura un espacio para todo tipo de lector, brindándole no solo una amplia
gama de cuentos, novelas y poesía, sino que permitiendo que este sea cautivado
por la maravilla artística que comprenden las letras. Resaltando nuevamente su
determinado interés por el periodismo, logró, sin serlo todo para él, encontrar
en la creación literaria un formidable talento de creación lírica y prosaica.
Su lectura hará que se despierte un interés interno
por reanalizar y ampliar la manera en que se ve y comprende el mundo. Siendo un
digno descendiente de la tendencia Kafquiana, logra producir un efecto
reflexivo-repulsivo similar al creador de La
metamorfósis.
Aventurarse en sus renglones es un riesgo que vale
la pena asumir.
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