Incentivar lectura |
Ante la pregunta de muchos padres y maestros de ¿Cómo
incentivar la lectura en los niños y estudiantes? he querido exponer un
experimento realizado hace unos días atrás con mis estudiantes. La lectura es
un ejercicio para la mente que actualmente está perdiendo fuerza y no porque el
libro haya caído en desuso, sino porque no se está comprendiendo la importancia
para el desarrollo de otras habilidades. Recuerdo que uno de mis estudiantes,
un poco indisciplinado, ocupó el primer puesto en las pruebas nacionales. Al
indagar un poco sobre el porqué, me di cuenta que a pesar de que era un
estudiante que no hacía tareas ni participaba en clase sí leía todas las
semanas cuentos y novelas para jóvenes. La lectura en él le permitió tener un
alto grado de comprensión, con lo cual pudo responder a todas las preguntas del
examen nacional.
Algunos de sus compañeros, sorprendidos por este hecho, no
creían que él fuera capaz de sobresalir en la prueba. Sus padres, aunque
desinteresados también por su educación, no se sorprendieron, porque desde
pequeño lo único que él había tenido como juguete había sido un libro. Desde muy
niño, tuvo interés por aquellas historias de aventuras y de viajes, que lo
motivaron a seguir explorando el mundo de la literatura.
¿Cómo incentivar la lectura en los niños?
Incentivar la lectura en los niños no es que sea una tarea
imposible. Solo se debe encontrar el punto exacto para que el niño se acerque a
un libro. Los padres de hoy en día piensan que esto no es importante para sus
vidas, sin embargo, si un estudiante con un excelente nivel de comprensión
lectora podrá ganar una beca y tendrá mayores posibilidades de entrar a la
universidad, con lo cual su vida tendrá un mejor rumbo que ser un delincuente.
Entonces, las recomendaciones para incentivar la lectura en los niños es la siguiente:
Acercar al niño a las historias que le ofrezcan emociones fuertes. Cuando hablo de emociones fuertes, no es miedo ni temor, sino alegría y pasión hacia un tema en particular. Este paso se logra cuando los padres le narran de forma oral historias al niño de su pasado. Es decir, que los padres deben contarle a sus hijos cómo se casaron, cuáles fueron las intrigas de su enamoramiento, los problemas que tuvieron cuando niños. Pero no en forma de comparación entre los valores de antaño y los actuales. El niño no busca ser comparado con sus padres, sino escuchar historias de ellos.Descarga aquí |
Lo segundo es mostrarle poco a poco historias intrigantes de
aventuras problemáticas, donde la fantasía sea un componente fundamental. Pero,
estos libros deben tener un elemento importante, que es una portada llamativa. Aunque
se malinterprete como algo negativo, la edición gráfica de portadas con diseños
llamativos hace que el lector se interese por la historia. El libro se vende
cuando su portada es atrayente. Esto funciona en los niños. Un lector avezado
no se fija en la portada.
Por último y no menos importante es el espacio y el tiempo
que se le permita al niño leer. Con la excusa de que debe hacer las tareas, los
padres deben permitir un espacio individual para que el niño lea de forma
autónoma, que él mismo se encuentre solo en ese universo literario.
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