La escritura como proceso en el aula para fomentar la escritura creativa

fomentar la escritura creativa en el aula
La escritura como proceso

La escritura como proceso en el aula es una estrategia para fomentar e incentivar la escritura creativa y formal de los estudiantes. Hoy hablaremos de cómo fomentar la escritura creativa.


Hace unos pocos años atrás, presenté una investigación en la Cátedra Unesco sobre la Escritura como proceso en estudiantes de primaria. La investigación tuvo como objetivo incentivar la escritura creativa, mediante un proceso y no como una actividad. Por lo tanto, si estás leyendo esta entrada de blog debes tener en cuenta que esta estrategia no debe ser mostrada como una tarea obligatoria, sino una forma para que el estudiante interiorice una serie de pasos para escribir. De forma resumida, explicaré cómo llevar a cabo este proceso en el aula.

Fomentar la escritura creativa


Escribir es una tarea tediosa para algunos estudiantes; pero no por el simple hecho de escribir, sino porque deben hacerlo mediante unas reglas ortográficas. El estudiante no es que no escriba, sino que no le gusta hacerlo mediante unas normas y unas obligaciones. Sus cuadernos en muchos casos están llenos de relatos sobre sus vidas y las de otros, frases, chismes y todo un sinfín de historias que ellos expresan de forma oculta. Solo que su temor a la burla impide que los muestren. En la escritura como proceso se busca que el estudiante deje el temor y exprese su vida en un diario (Leer también: Escritores para fomentar la lectura).

La escritura como proceso


La estrategia del diario en el aula ha sido exitosa en muchas escuelas. Se le pide al estudiante que de forma individual y personal lleve un diario en el que cuente sus actividades. Pero no lo debe hacer a la deriva, escribiendo sobre todo, sino lo contrario, el estudiante debe tener claro cuál es el objetivo de contar su vida. Pero esto es solo la forma general de la actividad. Ahora vamos a pasar a los pasos.
Inicialmente, el estudiante mediante la guía del docente debe bautizar su diario o darle un título, el cual debe estar acorde con lo que va a escribir. No se trata solamente de ponerle “mi diario”; sino de ser creativos. Luego, se debe poner en la primera página un resumen corto de lo que se tiene pensado escribir allí. Ejemplo: “este diario presenta las acciones cotidianas de mi vida en cuanto al amor, a mi familia, a mis amigos”, etc.
En esta primera etapa, ya hemos desarrollado un título y un objetivo expuesto en un resumen. Ahora, toda escritura tiene un proceso investigativo; no importa si es cuento o ensayo; todo lo que se escribe debe tener un sustento argumentativo. El estudiante ahora debe pensar y el docente debe motivarlo a pensar en lo que va a escribir. En este sentido, mediante una exposición de cuentos o historias de personajes famosos, el docente da ejemplos sobre cómo se debe llevar un diario y deja como recurso adicional la lectura de otros personajes para que el estudiante lea y tenga una idea clara de cómo escribir.

Finalmente, el docente verifica, mas no califica con una nota que el estudiante haya escrito. La actividad no busca que el estudiante maneje las normas ortográficas, sino que se motive a escribir. Luego, hablaremos de cómo enseñar la ortografía, pero nos interesa que antes de llegar a ese tema, el estudiante tenga motivos y no se convierta esto en una actividad tediosa.

La escritura debe ser tomada siempre como un proceso, que va desde la creación de un título, de un tema, de un objetivo y de una investigación y termina finalmente con la revisión, pero esta debe hacerse desde lo personal, es decir, el estudiante debe releer lo que ha escrito y modificar los errores. La relectura es la fase más importante, debido a que se verifica y se corrije. El estudiante comprueba en esta fase su nivel de escritura y comprensión del idioma mediante el uso de la sintaxis. 

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